Resulta paradójico el desconocimiento que el usuario tiene de la electricidad en comparación con el frecuente uso que de ella hace en la vida cotidiana, basta citar la televisión, radio, cine, luz, etc.
Los primeros atisbos de su conocimiento asoman ya en la antigua Grecia, cuanto se comprobó que, al frotar determinadas sustancias, se producían en ellas características de atracción que antes no poseían. Es el mismo experimento que ahora se puede hacer frotando por ejemplo, un bolígrafo con un paño y acercándole después unos pedazos de papel, el globo los atrae hacia si, como hacen los cuerpos electrizados.
No todos los materiales pueden adquirir tal propiedad o en igual medida.
Se atraen, por ejemplo, una barra de ebonita y otra de vidreo.Se repelen, sin embargo, dos barras de vidrio o dos de ebonita.
La experiencia ha demostrado la existencia de dos clases distintas de electrificación: a una se le llama positiva + y a la otra, negativa –
Si antes de empezar la experiencia, se aproximan las barras de ebonita y vidrio no hay ni atracción ni repulsión. Así pues se llega a la conclusión de que la electrificación se produce por el frotamiento y de que existe algún agente común que no se comporta de igual forma en ambos materiales.
Efectivamente, una partícula llamada electrón abandona en unos casos la barra, por acción del frotamiento y en otras veces abandona el paño para pasar a la barra.
Por todo ello se puede afirmar que no se ven los electrones pero si se notan sus efectos: La electricidad.
Por consiguiente, para conocer cual es el proceso eléctrico en una materia, es necesario conocer las propiedades del electrón, para ello, hará falta estudiar la teoría atómica.
Teoría atómica
Cualquier clase de material está compuesto de moléculas, que son las partes más pequeñas de materia que mantienen las propiedades físicas. Son tan pequeñas Que resultan imposibles de ver ordinariamente. Con ayuda del microscopio, sin embargo, se pueden estudiar bien; se advierte, incluso, que a su vez, la molécula está compuesta de átomos; y honestos, de partes más diminutos, llamadas protones, neutrones y electrones.
La disposición de tales partículas es la siguiente: Los electrones se encuentran en la corteza; los protones y los neutrones, en el núcleo. Además, mientras los electrones orbitan alrededor del núcleo, este permanece inmóvil respecto del resto del material.
Se ha comprobado que los electrones disponen de carga eléctrica de signo contrario a la de los protones, y si admite que la carga del protón es positiva y la del electrón negativa, siendo igual el valor de sus cargas.
Los electrones pueden perder con cierta facilidad su posición respecto del átomo; no así los protones y neutrones, que permanecen en el núcleo. Por ello se dice que la electricidad se debe al desplazamiento de los electrones.
Electrización de los átomos
Si un átomo de litio sumamos sus cargas el resultado es nulo.
3(+) + 3(-) = 0
Ya que unas contrarrestan a las otras. Supongamos así que al frotar fuertemente este material, se consigue arrancarle un electrón de su última órbita, en este momento, el balance de cargas ya no será nulo, pues el núcleo mantiene sus tres protones y la corteza tan solo dos electrones y por tanto.
3(+) + 2(-) = 1(+)
Este átomo ha quedado cargado positivamente, y se ha convertido en un catión (ion positivo).
Si en vez de quitar un electrón lo conseguimos añadir con lo que la balanza de carga seria negativa, en este caso tendríamos un átomo llamado anión (ion negativo).
Como podemos ver, quitando o añadiendo electrones, conseguimos electrizar el átomo y consecuentemente hemos conseguido electrizar la materia.
El electrón
Esta partícula, idéntica para todas las sustancias es la más importante del átomo, ya que es la que dispone de carga y movilidad para poder desplazarse en los materiales.
Esto dos conceptos de carga y movilidad son las iniciales en el estudio de la electricidad, ya que, sin ellos, no podría existir la corriente eléctrica.
La relación entre la carga y la masa de los electrones es 1,602 x 10 -19 culombios y 9,106 x 10 -31 kg